6/05/2013

Entrevista al fotógrafo Matt Stuart "Con una foto realmente buena al año ya estoy contento"


Matt Stuart se presenta en la cafetería de Londres donde nos ha citado con un bol lleno de cereales y yogur. "Me acabo de levantar, no he desayunado", se excusa con una enorme sonrisa. Una buena dosis de humor es precisamente el principal ingrediente de sus fotos, sazonadas con una inusual espontaneidad y el surrealismo propio de la llamada "street photography". Este londinense, que nos desvela sin ningún pudor sus trucos, dice disparar más de tres carretes diarios y admite darse por satisfecho con capturar una buena foto al año. Pasar desapercibido y no comunicarse con los protagonistas de sus instantáneas son otras de las claves de su aplaudido trabajo. Por Ivan Sánchez.

¿Cómo te hiciste fotógrafo?

Tenía un mal trabajo en una centralita respondiendo llamadas telefónicas, básicamente quejas. Estuve allí dos años, hasta los 19. Hacia la mitad de aquel periodo mi padre me regaló dos libros, uno de Henri Cartier-Bresson y el otro de Robert Frank. Me pasé el año siguiente respondiendo llamadas y mirando aquellos libros, apasionándome por la fotografía. Entonces me compré una cámara y empecé a hacer fotos.

Encontré un fotógrafo comercial que me dejaba limpiarle el coche gratis cada semana. Pasado un tiempo le pregunté si podría ser su asistente y me dijo que podía ser su segundo asistente [lo remarca con ironía], lo que en la práctica significaba que yo era quien limpiaba los lavabos, llevaba las bolsas o iba a comprar los sándwiches a la hora de la comida.

Lo hice durante tres años, hasta que me convertí en su primer asistente y comencé a viajar por todo el mundo, y cosas por el estilo. Durante todo este tiempo nunca dejé de hacer mis trabajos personales. Al cabo de tres años lo dejé y comencé a trabajar para mí mismo.

¿Por qué escogiste la "street photography"?

No sabía que lo que había en aquellos dos libros que me compró mi padre era "street photography". Todo lo que sabía era que me gustaba aquel tipo de fotografía espontánea, que capturaba un momento que ocurría en la calle. Fue al cabo de dos años que entendí lo que realmente era la "street photography": momentos reales, personas auténticas sin ningún tipo de control… algo que creo que me atrae mucho.

¿Cómo definirías "street photography"?

"Street photography" sólo es una etiqueta. Se trata de capturar imágenes no preparadas de personas en espacios públicos. Puede ser en museos, en parques, en la calle… en cualquier lugar. Pero básicamente son [fotografías de] personas reales, hechos auténticos sobre los que no se tiene ningún control. El fotógrafo es sólo un observador que no se comunica con el sujeto, sólo lo mira y lo extrae de la vida real.

¿Y qué enfoque le das tú?

Hago fotos sin planes ni agenda. Salgo cada día, normalmente por Londres, y no tengo ni idea de lo que voy a ver. Me gusta trabajar en Londres y me he dado cuenta de que no puedo trabajar en cualquier lugar porque necesito relajarme cuando estoy de vacaciones. Me llevo una pequeña cámara de bolsillo por si acaso, pero soy consciente de que en realidad estoy de vacaciones.

¿Ni siquiera en una ciudad como por ejemplo Barcelona?

Estuve en Barcelona y siempre llevaba una cámara conmigo, pero no fui específicamente para hacer "street photography". Más bien fui para sentarme en La Rambla y tomarme una cerveza. Para cosas así.

Robert Frank y Cartier-Bresson son dos de tus principales inspiraciones, pero cada uno tenía un concepto muy diferente del otro sobre el instante fotográfico. ¿De qué forma te han influido?

Probablemente disparo más a la manera de Cartier-Bresson. Busco momentos a veces con humor, con cierta magia, tristes… En cualquier caso Robert Frank y Henri Cartier-Bresson son dos fotógrafos muy diferentes. Cartier-Bresson se centraba muchísimo en la composición y la geometría. Robert Frank se centraba mucho en las sensaciones y en cómo las cosas sucedían por sí solas. Hay muchas diferencias entre ellos. Muchas de las fotos de Robert Frank estaban desenfocadas y son poco nítidas, mientras que Cartier-Bresson generalmente siempre era muy nítido [en sus imágenes].

Yo me inclino más hacia Cartier-Bresson que hacia Robert Frank, aunque "Los americanos" es probablemente el mejor libro de fotografía que se haya publicado nunca. Así que obviamente es una gran influencia para mí.

¿Cómo te aproximas a las escenas y los personajes que fotografías?

Generalmente soy muy discreto. La gente ni se da cuenta de que les estoy fotografiando. Tengo muchos métodos para pasar desapercibido, y si alguien me observa o se siente incómodo, como la chica de antes [en referencia a una chica a la que salió a fotografiar en mitad de la entrevista], sonrío y me voy, sigo caminando. No me paro a hablar con nadie. Esto normalmente hace que la gente entienda que no estás haciendo nada malo. Generalmente si te acercas directamente a una persona puede sentirse atacada, pero si ven una ligera sonrisa inmediatamente entienden lo que ocurre.

¿Has tenido problemas fotografiando gente en algún lugar?

En realidad no. Algunas veces en París ha sido complicado porque la gente conoce la ley sobre privacidad. Pero generalmente el problema está en lugares como la India, porque aunque tú quieras tomar fotografías espontáneas la gente se empeña en sonreír ante la cámara. Esas situaciones son las peores. Puedo lidiar con gente que no quiere que la fotografíen, pero esas con la gente posando… Eso ocurre mucho en la India y probablemente también en Tailandia.

¿Se trata más de concentración y estar atento o hay algo de instinto?

Algunos días es como tener un instinto por algo que está sucediendo. A veces estás de pie mirando a alguien y puedes predecir lo que va a hacer o lo que va a ocurrir. Es una sensación muy reconfortante cuando piensas que esa chica se va a caer, y entonces va y se cae. Esto es casi como un instinto, porque cuando estás mirando y mirando y mirando tanto a la gente y concentrándote en lo que están haciendo y en cómo lo están haciendo, al final puedes entender lo que van a hacer.

Y algunas veces se da este instinto. Estás sentado en una cafetería con un tío y de repente ve algo que le gusta, coge su cámara y le hace una foto a través de la ventana, y tú piensas: "Joder… ¿por qué no? Vayamos fuera a hacer la foto." A veces son cosas que simplemente pasan enfrente de tus narices.

Creo que la clave es saber cómo usar tu cámara fácilmente. Las cámaras no me interesan en absoluto, son aburridas. Las únicas características que realmente me interesan es que puedas trabajar con ellas de forma muy sencilla y muy rápida, lo que te da más oportunidades de capturar algo bueno.

Exponer, enfocar y componer en fracciones de segundo.

Yo uso una Leica MP con un objetivo de 35 milímetros, y siempre tengo el enfoque puesto a 12 pies [poco más de 3,5 metros], lo que significa que en un día soleado, si veo algo un poco lejos pero no demasiado y mi exposición es de f8 a 1/250 de segundo, sé que cualquier cosa que tome desde esos 12 pies hasta el infinito va a salir nítido. Y entonces, a medida que me acerco, voy cambiando el enfoque, y aquellas cosas que estén más cerca van a salir nítidas también siempre que se trate de un día soleado.

Tienes que ser más cuidadoso en un día de lluvia, más preciso, porque tendrás que disparar así [Stuart saca su Leica y muestra cómo al abrir el diafragma la profundidad de campo disminuye y por tanto debe ajustar el enfoque]. Se llama distancia hiperfocal. También sé la exposición de luz sin necesidad de usar el fotómetro, porque lo he hecho tantas veces que ya sé el resultado.

En fin, uso una cámara pequeña, no uso la tapa del objetivo. Normalmente les digo a mis alumnos que la tiren, porque si llevan un filtro protector, con eso tienen bastante. Siempre llevo el objetivo puesto en la cámara, no cambio de óptica. Además, siempre que llevo la cámara en un bolso lo tengo abierto, sin cremalleras que me hagan perder tiempo, y la llevo aquí metida [nos enseña un compartimento para objetivos extraíble y abierto por ambos extremos, típico de una bolsa de fotografía grande], así que siempre estoy listo para hacer una foto.

Tienes que ser rápido, reaccionar para tener más oportunidades de capturar lo que quieres. Pero por otra parte también tienes que tomarte tu tiempo para pensar lo que vas a disparar.

Tras más de 15 años en este mundillo, tendrás trucos para fotografiar algunas situaciones.

Sí, algo más de 15 años. Hay muchas formas de trabajar. Por ejemplo, como un pescador: cuando encuentras un lugar muy bueno y te quedas ahí esperando y esperando mucho tiempo a que ocurra algo en ese escenario… Es casi como un teatro: todo está preparado y sólo tienes que esperar a que los actores hagan su trabajo.

Éstas son algunas de las fotos que hago y es también lo que hace gente como Joel Meyerowitz, que puede esperar mucho tiempo en un lugar hasta que ocurra algo. Me gusta hacer eso pero al mismo tiempo me gusta simplemente caminar y no pararme y ver qué puedo encontrar.

¿Y resolver una fotografía de una manera concreta dependiendo de la situación?

En mi porfolio tengo una fotografía en la que un hombre está mirando hacia su perro, que está tumbado en el suelo. Parece que el perro esté muerto. Cuando vi al hombre le tomé cinco o seis fotografías, pero él me estaba mirando a mí, así que bajé la cámara para apuntar al perro y también él miró al perro. Entonces tomé esta foto. En el resto de imágenes estaba mirando alrededor o mirándome a mí y no funcionaban.

Algunas veces casi puedes hacer que la gente haga cosas. Por ejemplo, si bostezas, la demás gente bostezará también. Generalmente puedes hacer que la gente haga cosas sin necesidad de comunicarte con ella.

¿Se puede hacer un reportaje con "street photography"?

Sí, creo que se puede, aunque en gran medida depende de cada fotografía individualmente. Si tienes un trabajo con cuerpo de un lugar como Nueva York o Londres, por ejemplo, y el conjunto se compone básicamente de ese lugar y de personas creo que puede ser una especie de reportaje, pero es algo muy flojo.

Francamente prefiero simplemente ver imágenes sueltas muy potentes en vez de 20 fotografías en una historia, entre las que puede haber cinco buenas pero que son difíciles de juntar.

Hay gente como Alex Webb, que es un fotógrafo de calle pero que también hace fotoperiodismo y cuenta historias. Usa la "street photography" muy bien para comunicar temas y situaciones en diversos lugares.

La ironía es una constante en tus fotografías.

No creo que yo sea particularmente irónico o sarcástico como persona. Creo que se trata del sentido del humor inglés. Hemos crecido con los Monty Python, con Norman Wisdom… con comediantes absolutamente fabulosos. Incluso Mr. Bean es una locura, pero usa un sentido del humor muy inglés. Creo que muchos fotógrafos ingleses tienen este ingrediente en su sistema de trabajo, y haber crecido con él hace que se transmita a su fotografía.

Me viene a la cabeza una fotografía tuya en Oxford Street. ¿Esta situación cómica simplemente ocurre o hay que saberla crear combinando los elementos que la conforman?

En esta foto en particular lo primero que vi fue la mujer que está subida en el banco. Y entonces el hombre [que hay en primer término, a la derecha de la imagen] levantó la mano y creo esta especie de nariz. Esas cosas pasan, fue suerte. Yo sólo estaba fotografiando a la mujer subida al banco y el hombre hizo algo extraño.

¿Te ocurre a menudo saber que tienes una buena foto y luego, al revelarla, descubrir que hay algo extraordinario en ella que no habías visto al tomarla?

Sí, sí… continuamente. Y esas son mis fotografías preferidas. Fotografías que no sabes todo lo que había ocurrido en ella. Como en la foto de la paloma. Yo no había visto las piernas entre las piernas, sólo había visto la paloma. Tengo otra foto de un hombre sin cabeza caminando por la calle con un paraguas: yo no vi la sombra [que se proyecta en la pared]. Es simplemente suerte, pero cuando la vi dije: "¡Uau! Haré como que sí lo había visto" [ríe]. Creo que esto, cuando tienes esta suerte, es parte de lo bueno de la fotografía.

Hay una frase famosa de Gary Player, un golfista, que dice: "¿Sabes lo que es divertido? Cuanto más practico, más suerte tengo." Y eso significa que si me pierdo más fotos que tú, también estoy consiguiendo más fotos que tú. Por el simple hecho de hacer más, es más factible que pierda y consiga más fotos.

¿Cuántas fotografías haces aproximadamente en un día de trabajo?

Actualmente entre tres y cuatro rollos al día. Aunque hoy no… [mira con cara de decepción la lluvia que cae fuera]. Ésta es otra: hay días que te sientes con ganas, otros no. Los días lluviosos también salgo a hacer fotos, pero generalmente consigo menos fotos buenas.

¿Cuál es porcentaje de aciertos en un día?

Quizás una foto que me guste bastante. Si consigo en un año diez fotos que me gusten de verdad y una de ellas que sea realmente buena, ya estoy contento. El porcentaje no es demasiado alto.

Cuéntanos alguna situación inverosímil.

Te puedo contar la de la mejor foto que perdí. Ésta siempre es una buena historia. En Oxford Street vi a una mujer mayor empujando un carrito doble con gemelos. Ambos estaban durmiendo. La mujer llevaba dos muñecos de bebé bajo los brazos, con las cabezas por delante de tal forma que parecían dos pechos perfectos… corrí para ponerme delante de ella y fotografiarla, pero cuando llegué se había metido en una tienda justo antes de que yo me girase… Estas cosas a veces pasan: corres para fotografiar algo y entonces desaparece la foto. ¡Acabas preguntándote si de verdad había ocurrido o no!

Esto es algo muy particular de la "street photography": si te pido que salgas a hacer una foto ahora y que vuelvas con una situación divertida, no podrías traerme la foto que acabo de comentarte, porque esto pasa cuando pasa. La "street photography" no se puede planear, y las mejores [fotos] son tan reales y tan impredecibles…

No hay que pensar nada, sólo ser una esponja de lo que ocurre a tu alrededor. Siempre les digo a mis alumnos que no piensen que la fotografía que van a hacer es algo que ya está hecho o que sea un cliché, que no es divertida, que es una mierda… Esto no importa… ¡hazla!

¿Hay algo especial con los perros en esta disciplina?

Es gracioso, porque ahora mismo tengo tres o cuatro fotos de perros [en mi porfolio] pero no es que me interesen mucho. Son bastante fáciles de fotografiar. Son algunas de las fotos más fáciles que tengo.

Los museos también son un escenario recurrente.

Ya no tomo más fotografías de museos. Acostumbraba a ir los días de lluvia cuando tenía suficiente energía para ello. Además, trabajé en un encargo para la Tate Gallery durante un par de meses. Pero se acabó.

Repetición de sujetos, diferentes planos, luces y sombras… ¿Qué elementos son los que mejor funcionan?

Por lo general los días soleados son muy buenos para fotografiar: todo tiene mejor aspecto. En un día lluvioso como hoy, aunque ocurra algo espectacular, las fotografías no serán extraordinarias: se verán un poco grises, planas, aburridas. Cuando me levanto y amanece un día soleado, salgo pronto de casa y vuelvo tarde para usar al máximo la luz. La luz es muy importante.

Hago repeticiones de objetos. Cuando empecé a hacer fotografía fui a un curso con Leonard Freed, un fotógrafo famoso de Magnum [fallecido en 2006] y hacía muchas repeticiones en sus fotos, lo que me inspiró mucho. Y creo que funciona.

El color es importante. Intento asegurarme de que las fotos que hago tengan colores vistosos. Uso el color porque me permite conectar con el color de la propia vida. Así que muchas de las fotos que hago ahora tienen colores muy potentes. Incluso si se trata de color, quiero que sean imágenes muy coloreadas y vistosas, no fotografías en color con apariencia monocromática. No quiero ser un fotógrafo en blanco y negro que usa carretes en color. Lo puedes ver en muchos fotógrafos de blanco y negro, que cuando se pasan al color ves en su trabajo que siguen pensando en blanco y negro.

Más allá de "street photography", realizas encargos comerciales. ¿Tienes intención de tocar algún otro género al margen de la fotografía comercial?

No, ahora no. Cuando estaba empezando quise ir a Kosovo. Tenía muchos amigos que eran fotógrafos de guerra y yo realmente quería ir. Mi madre me dijo una y mil veces: "No vayas." Yo era muy joven. Y entonces [el fotoperiodista británico] Roger Hutchings vio el trabajo que yo estaba haciendo y me dijo: "Exacto, no vayas. ¿Para qué vas a ir a Kosovo? Eres una persona feliz, un tío divertido." Me di cuenta de que no tenía tanto interés en ser fotógrafo de guerra, que no estaba hecho para ir a lugares como Yugoslavia.

[Tras pasar de puntillas sobre el fotoperiodismo y la fotografía de guerra, a Matt Stuart se le ilumina la cara y resuelve explicarnos los pormenores de una de sus fotografías.]

Te voy a contar también la foto del pavo real. Hacía como tres o cuatro semanas que había visto ese póster. Llevaba allí mucho tiempo, y yo ya había pasado por el lugar varias veces y tomado algunas fotografías, pero no eran nada del otro mundo. Me gustaba ese lugar, así que pensé muchas veces acerca de cómo se podría mejorar la foto.


Dos semanas antes de hacerla recibí una llamada de Joel Meyerowitz, uno de mis héroes, y me dijo: "Me encanta tu trabajo. Voy a ir a Londres. ¿Quieres salir a tomar fotos?" Y acepté, claro. Nos encontramos en Oxford Circus y caminamos hacia Bond Street, y cuando llegamos a la altura de la tienda [en New Bond Street] alguien le había puesto esa especie de falda. Advertí a Meyerowitz con un toque en el hombro y le dije: "¡Mira, mira eso!" Se quedó pasmado y me dijo: "Es una maravilla." Yo ya había hecho la foto y me pidió permiso para hacerla él también. Le respondí que sí, por supuesto.

Joel Meyerowitz es como mi mentor. Fue un día genial. Seguramente es el mejor día de mi vida como fotógrafo.


No hay comentarios: